Si por rasgo de la personalidad entendemos una predisposición a responder de un modo particular, o lo que es lo mismo, las probabilidades que tiene una persona de pensar, sentir y comportarse de un modo particular, en mi opinión lo auténticamente estable, organizado y consistente, es el conjunto de fortalezas y cualidades positivas que posee una PAS.
Trabajar centrándonos en que una PAS desarrolle sus fortalezas, sus capacidades, al tiempo que nos detenemos en los obstáculos que encuentra en este camino, me parece la manera más terapéutica, práctica e inteligente de abordar la Alta Sensibilidad.
En lo que se refiere a las características, muchas de ellas descritas en términos negativos (no saber poner límites sanos, dificultad para tomar decisiones, tener miedo a cometer errores, necesidad de agradar, etc.), no son, en mi opinión, patrimonio de todas las PAS. Todo lo anterior es modificable. En cambio las fortalezas y las capacidades, son patrimonio de las PAS y no son modificables (algunas de ellas moldeables claro está, como una excesiva empatía, que por ello deja ser empatía para convertirse en confluencia y por tanto en una característica no saludable).
Llenarnos de etiquetas, no puede acabar en buen puerto. Hemos de sistematizar, de acuerdo, pero con precaución. Desde mi visión acerca del ser humano y de mi profesión, me alejo lo más posible de las etiquetas y diagnósticos, y menos acercar estos a la persona con la que trabajo. Me servirá a mi como herramienta bien empleada, como orientación para hacerme una idea de dónde me sitúo, pero lo verdaderamente real y valioso es la experiencia, las vivencias, las creencias, los pensamientos, sentimientos y emociones del ser humano al que acompaño en su trabajo personal.
El hecho de poseer un sistema neurosensorial más fino, puede facilitar si no se gestiona adecuadamente, síntomas como la ansiedad o —– Sin olvidar que hay PAS que no se deprimen y no PAS que sí se deprimen. Del mismo modo que un no PAS puede presentar una gran dificultad para establecer sanos límites y una PAS, haber aprendido a hacerlo.
Por lo tanto, cuando una persona busca mi orientación y apoyo, sé que estoy ante un ser humano con sus luces y sus sombras. Que las etiquetas (PAS en este caso) sirvan para evolucionar. Una PAS es mucho más que un rasgo. Es por ello que me alejo de la visión de la A.S negativa, problemática, sufriente, y por supuesto de los debates acerca de si es o no una enfermedad, trastorno o neurosis máxima. Veo personas con grandes potencialidades y también con dificultades.
Nadie se ilumina fantaseando figuras de luz sino haciendo consciente su sombra. Jung
En mi opinión, no puede existir evolución personal sin un trabajo personal. Si no sé cómo soy, qué necesito, cómo funciono, para qué, qué estoy evitando, etc., ¿cómo es posible el cambio o la transformación? Sólo desde la aceptación de lo que soy puede operarse el cambio.
¡No corras. Ve despacio,
que donde tienes que ir
es a ti solo!
J.R Jiménez
